¡Vaya fin de semana! Un sábado y domingo de puro e intenso MTB.
Voy a empezar por el final y os muestro como me dejaron los 220km y 6500m de ascensión acumulada de esta IMPRESIONANTE y DURÍSIMA travesía por el pre-pirineo. Una imagen vale más que mil palabras.
Nadie mejor que Jaume, que ha completado la
tracks del diable en 3 ocasiones, para tener como acompañante y poner un ritmo "cansino" tal, que tengas que dar lo mejor de ti mismo para poder seguirlo, pero en el punto suficiente como para disfrutar de toda la esencia del recorrido.
A las 9 de la mañana del sábado nos pusimos en marcha bajo una intensa niebla , la cual impedía ver las montañas que teníamos por delante, pero que no ocultaba la cantidad de agua y humedad que nos íbamos a encontrar después de una semana entera de lluvias.
La primera dificultad fue a los pocos kilómetros, un río con mas caudal del habitual que había que vadear a pata y descalzados sino queríamos llevar los pies mojados desde la salida. ¡El agua venía helada!, se supone que había una piedras para cruzar por encima pero que estaban tapadas por la cantidad de agua y a mi no me infundían nada de confianza, así que opté por cruzar "tocando fondo".
Mi sorpresa vino cuando el agua me llegaba a la altura de la badana y venía con tanta fuerza que las pasé canutas para no caerme y darme un buen chapuzón. Jaume desde la otra orilla partiéndose del espectáculo, y yo acojonado en medio del río con una mano sujetando la bici y la otra las zapatillas.
Os dejo otra foto extraída del blog de
Noe para que se vea la diferencia de caudal dos semanas atrás.
Una vez superado el río y tras muchas carcajadas continuamos la marcha, pero ya me iban avisando que habría que volver a vadear el río de nuevo.
En esta ocasión decidí una nueva estrategia, que consistía en descalzarme y tirar las zapatillas a la otra orilla para poder llevar una mano libre y mejorar el equilibrio, pero el plan me salió mal porque al lanzar la primera zapatilla se cayeron los calcetines que puse dentro en el medio del río, ¡¡¡¡imaginad mi cara!!!! al instante salgo corriendo como un loco detrás de ellos porque se los llevaba la corriente, ¡no me jodas! es lo que gritaba, jajaja, solo faltaba una tercera persona para grabarlo en vídeo. Afortunadamente conseguí rescatarlos pero me quedaba la bici y la otra zapatilla en el lado opuesto del río. Jaume fue a buscarlos pero al lanzarme la zapatilla se quedó corto y cayó al agua, ¡nooooooo! jajaja, la risas eran tremendas. Estaba claro que mi sino era llevar los pies mojados.
Para que os hagáis una idea de la dureza de este recorrido tardamos en completar los primeros 92km unas 8h, y os puedo asegurar que no fuimos despacito. Cierto es que el terreno estaba muy pesado pero también repleto de senderos y caminos quebrados. Predominan los "no puertos" mucho desnivel acumulado pero en subidas cortas, toboganes y cresteos infernales.
Os muestro algunas fotos de los preciosos paisajes
Como teníamos previsto hacer una parada técnica en el kilómetro 92 para comer un bocadillo o lo que apeteciera, no llevé excesiva comida, algo inusual en mi. Superamos las rampas conocidas como "de la muerte" y allí ya me quedé sin agua y apuré mi última barrita. Aún quedaban unos km para llegar a Vidrá y yo estaba rozando el globo, me rechinaba el estómago cosa mala pero iba tirando, hasta que a falta de unos 600m (cuesta arriba) comenzó el sudor frío, síntoma significativo de que el globo era inminente y peté por todo lo grande, me tuve que bajar de la bici y hacer esos 600m andando, jajaja, globero que es uno...
No os imagináis lo contento que me puse cuando vi la civilización. Justo en la entrada del pueblo nos encontramos por sorpresa a unos amigos de Jaume que estaban avituallándose con una furgoneta de apoyo ya que estaban haciendo el recorrido de la Transcataluña. Nos ofrecieron meloncito fresco y unos plátanos que fueron como caídos del cielo para mi.
A continuación en el bar degustamos unos bocadillos de lomo con queso con una coca-cola salvavidas, de los que no hay fotos debido al ansia devoradora.
Todavía quedaban unos 40km por delante para terminar el primer día pero con los buches llenos se hicieron muy agradables.
Las bicis terminaron muy sucias y llenas de barro al igual que nosotros, así que había que pasar por un lavadero y dejarlas finas para el día siguiente.
El domingo comenzamos a la misma hora tras perrear un poco para salir.
La subida más larga del día la teníamos de inicio, empezaba por asfalto y terminaba en una pequeña pista con algunos tramos técnicos de losa que obligaban a exprimirse a tope. En la cima tomamos unas barritas energéticas y nos abrigamos para la bajada-
Los km avanzaban muy lentamente y el camino estaba lleno de cercados eléctricos, y vallas con cerrojos muy variados, tanto que se podría hacer un catálogo con estos cierres.
Mucho ganado pudimos ver por el recorrido, mayoritariamente vacuno, aunque también había ovejas, cabras, caballos de montar y de tiro, y hasta algún burro, ah! y se nos cruzaron unos ciervos en medio del camino.
Antes de afrontar la última subida del recorrido pudimos disfrutar de una trialera muy divertida que partía desde esta ermita.
En resumen, a día de hoy la
Tracks del Diable Non Stop es la única prueba que me hace dudar si seré capaz de terminarla, ya que solo dispones de 18h para completarla y su dureza no tiene comparación con ninguna otra en la península. Por lo menos estos dos días he disfrutado como un enano.
