Que grandísimo día ayer, de mucha satisfacción personal y una espina muy grande sacada tras más de tres años esperando revancha.
Los CUATRO CUESTONES DE COTOS, así los bautizamos Jose, Luciano, Rafa, Ricardo y yo después de innumerables intentos fallidos por subirlos "a cero pies". Técnicamente no tienen nada especial, diría incluso que son hasta sencillos, pero exigen tanto físicamente que ponen tu corazón y concentración al límite.
Se llega a ellos por el camino de La Angostura y cuando te encuentras una bifurcación la fuerte pendiente delata cual es el camino a elegir... será que somos masoquistas pero el secreto esta en afrontarlos como un reto.
Se suben por una pista mas bien estrecha, con poca sombra pero mucha vegetación a ambos lados y desde uno de ellos se puede escuchar el intenso caudal del río. Entre cuestón y cuestón hay pequeños descansos en los que podemos relajar las piernas y suavizar el pulso para afrontar el siguiente con garantías, pero llegados al último, sin duda el mas largo e intenso, no solo se acumula el cansancio de los 3 anteriores sino que nos encontramos un tramo de unos 20-30 metros con gravilla y piedras sueltas que si superas con éxito prácticamente lo tienes hecho.
Esta vez los compañeros de camino eran Alfredo, Jesús, Jose, Luciano y "Cascoloco". Encabecé el primero de los cuestones con decisión, marcando un ritmo alegre pero sin cebarme, consciente de lo que tenía por delante. Primer descanso y a tomar aire, afrontamos el segundo y todavía con un par de piñones de reserva para los siguientes. Al llegar al próximo descanso echo un vistazo atrás y solo me sigue Cascoloco, Alfredo se descuelga un poco pero se le ve bien es entonces cuando me pregunto si estoy yendo demasiado rápido y me quedarán fuerzas para los dos siguientes. Recupero un poco y encaro el tercero, meto un piñón más y lo subo muy cómodo, me encuentro fuerte pero se que queda lo peor, y en este descanso intento relajarmeal máximo. Cascoloco toma la delantera en el último cuestón pero cuando llega la zona clave de la gravilla y las piedras sueltas se baja voluntariamente y se aparta avisándome de ello, cosa que le agradezco mucho, para dejarme el camino despejado. Meto el último piñón y cojo cadencia, aquí aprieto a muerte pero estoy a punto de trastabillarme un par de veces, solo me repito a mi mismo que esta vez no, que no sería el día en el que claudicaría de nuevo. El pulso rozando el límite, las piernas ardiendo, pero motivado a tope supero este punto y aún quedan unos 200m de fuerte pendiente en los que intento minimizar los efectos de la acidosis para terminar. A punto de coronar suelto dos gritos de rabia contenida durante muchos años, y alzo un brazo en señal de VICTORIA PERSONAL.
El día lo completamos con unos 105km, 2500 metros de desnivel y cerca de 7 horas de puro goce. Me gusta mucho el mountain bike, el verdadero mountain bike.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario